El pueblo cuenta

N° 18  Año 2
Marzo de 2019

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro



SUMARIO

El misachico
La chaya


El Misachico 



Misachico -  Demetrio Iramain


El Misachico  (misa pequeña, misa desparramada, missachicuy o procesión de los cerros) es una celebración típica del Noroeste Argentino que se lleva a cabo cada 19 de marzo. Consiste en una ceremonia religiosa realizada por moradores de una aldea. Se realiza la celebración, pequeñas procesiones que se organizan en grupos reducidos, que  llevan la imagen de un santo que pertenece a una familia.


La gente se desplaza por el lugar llevando una figura de Cristo, la Virgen María o el patrono que permanece dentro de una urna de cristal ornada con cintas y flores, sostenida en andas por cuatro fieles, en la peregrinación desde la casa de su dueño de la imagen hasta la iglesia local o a la capilla más cercana para ofrecerle una misa que se celebrará al día siguiente.


Participan hombres a caballo vestidos con los típicos ponchos rojos y sombreros negros (la vestimenta típica de los gauchos de Güemes) para desfilar.  Bailan danzas tradicionales, como el gato y la chacarera. La figura del santo o de la virgen la conserva una familia en su propia casa desde el fin de una celebración hasta la fecha del próximo aniversario.


Los misachicos se suman a otras procesiones organizadas desde la Iglesia. Se realizan desde los pueblos hacia las capitales provinciales. La marcha puede durar horas o días, de acuerdo a la distancia a recorrer y suele estar acompañada por músicos que suelen utilizar  violines, bombos,  acordeones y erkes, entre otros instrumentos.


Los Chalchaleros - Zambita del Misachico



En la marcha el paso de la caravana se anuncia con mucho ruido y cohetes. Los festejos culminan cuando la imagen es guardada en su fanal o nicho. Los fieles no siempre la llevan a la iglesia, para cerrar los festejos con una misa. Puede acabar en una casa, donde se le rezan novenas, rosarios. Al final de todas ellas, como en todas las demás circunstancias, se bebe chicha y se come.


Zambita del Misachico - Los Quilla Huasi  




En los misachicos existe la costumbre del juego de cuartos, que atan en palos y conducen en andas delante de los santos, al igual que la ofrenda de velas. El violento esparcimiento consistente en el despedazamiento de las reses caprinas (u ovinas). La recreación puede ser el relicto de una antigua diversión peruana: la missa.


LOS CANTORES DEL ALBA MISACHICO



La imposición del cristianismo introdujo algunos cambios en la práctica originaria, como las imágenes religiosas, y otras alteraciones menos significativas, hasta conseguir la fusión e hibridación de las culturas. Sería establecer una falsa analogía, entender chico como pequeño, pues se trata de la acción de missar, como jugar.




Según el investigador Carlos Reyes Gajardo, estudioso del folclore de los valles calchaquíes,  el verbo usado para la acción desarrollada al missar (juga) era missachicuy, como aparece en las palabras que designan  las ceremonias peruanas de rutuchico (primer corte de pelo de un varón), quicochico (cuando se presenta la primera menstruación) y warachico (iniciación viril).


La fiesta del misachico se celebra en Casabindo, provincia de Jujuy desde hace mucho tiempo. Se da comienzo con un novenario y finaliza con una corrida de toros, en la que no se mata al animal sino que se lo domina a mano, para quitarle del testuz una cinta colorada atada a sus cuernos que contiene monedas de plata.







La Chaya


La Chaya es una fiesta popular ligada al Carnaval. Es el resultado de la hibridación de dos culturas. Una, la autóctona: aimara; y la otra europea.  Se celebra en la región del noroeste argentino, donde el Pujllay es el principal protagonista.  El canoso muñeco de trapo, de tamaño natural concentra la celebración, que se realiza  en torno a él. También puede tomar la forma de una estructura mayor. Y, finalmente se quema.
Pujllay


Éste es el dios del carnaval y la diversión, nace el sábado anterior al festejo, cuando se lo desentierra y su entierro tiene lugar el domingo de cenizas. Además, los participantes disfrutan jugando con harina. Los aimaras celebraban la cosecha del maíz y gradecían a la Pacha Mama, arrojándolo. También se realizan los tradicionales topamientos entre familias, presididos por el compadre y la Cuma. Esos eran  juegos de acción y seducción.

La Rioja - Chaya - Topamiento

La Chaya se festeja con comida y vino. Es parte esencial de la fiesta el baile, al compás de la música ejecutada con instrumentos típicos. Entre ellos se destaca el charango, cuyo nombre deriva de la charanga española (tuna). Éste se considera como una modificación local de la mandolina o la vihuela y como ellas es de cuerdas.  Se construye con el caparazón del quirquincho. Sobre este singular animal la cultura quechua elaboró algunas historias.

Mandolina

Vihuela

Charango

 Leyenda La Chaya:

La leyenda de la Chaya:

Los pobladores de origen quechua cuentan una leyenda según la cual el quirquincho no fue siempre el animal que conocemos como armadillo andino, sino un indio tejedor. En la comunidad aimara se lo tenía por haragán. Lentamente preparaba su telar y luego de un buen descanso, tendía los hilos. Pero, en cuanto daba inicio a la trama, se decía: Cuánto trabajo. Mejor me tiro a recuperar energías y sigo mañana.

Quirquincho (Mulita, Tatu, Peludo, Armadillo)

Era una verdadera lástima que fuese tan holgazán, puesto que realizaba su tarea con mucha prolijidad. Cuando llegó el invierno, con muchos indicios de que sería muy frío, todos comenzaron a sacar sus abrigos de los lugares en que estaban guardados, para protegerse de la temperatura gélida, que no paraba de bajar. Pero él entonces advirtió que no tenía un poncho para ponerse.

Se dijo entonces: Con el frío que hace y yo sin manta. No me queda más remedio que tejerme una ahora. Pero antes de empezar, comenzó a sentirse cansado,  por el sólo hecho de tener hacer algo sin tomarse el tiempo que  habitualmente destinaba al prolongado descanso. No obstante, preparó todo lo que necesitaba y se puso manos a la obra.
Al terminar la primera franja, estaba contento, porque la apretada trama no sólo se veía prolija, sino que lucía cerrada y pareja. Había quedado verdaderamente hermosa. Mientras admiraba su obra, se quedó dormido. Y cuando se despertó, sintió frío. Entonces se dijo que tenía que tejer más rápido, si no quería enfermarse antes de terminar la prenda.
Tejido de telar


El frío se hacía cada vez más intenso. Por eso decidió aflojar la trama del tejido para terminar más rápido. Para eso tomó los hilos más gruesos y menos retorcidos que tenía. De ese modo la textura sería más abierta aún. Cuando se dio cuenta de cómo le quedaría esa ropa, pensó: Esto así no me va a abrigar. Tengo que volver a tejer más apretadito.
Por eso las últimas franjas fueron similares a la primera. El dios que había seguido el trabajo del tejedor movió negativamente la cabeza y dijo: ¿Cómo puede un hombre tener tan poca voluntad para trabajar? De seguir así vivirá poco, pues morirá de frío o de hambre. Pero, si lo transformo en un animalito, podrá arreglárselas mejor para sobrevivir. Así fue que convirtió al hombre en quirquincho y transformó al poncho en caparazón, para protegerlo de las inclemencias climáticas.

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