El pueblo cuenta
N° 21 Año 2
Junio de 2019
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Puma gris
SUMARIO
Los leones americanos
El zorro guitarrista
Los leones americanos
Lago Titicaca
En otros tiempos no había más que un valle en donde ahora se extiende el Titicaca. Huiñamarca era el Lago Menor, que corresponde a la parte sur y más pequeña de ese espejo de aguas. Era Wiñay Marka, que en aimara significa pueblo eterno. En aquel pasado remoto Wiñaymarka era un sitio sin odio ni preocupaciones, donde los hombres vivían siempre felices y en paz, un verdadero paraíso.
Wiñay Marka
De ese modo lo había dispuesto Apu Qullana Awki, cuando creó el mundo. Les había dicho a los hombres que no pelearan, que no desearan nunca aquello que no tenían y que, en cambio, cuidaran, los ricos tesoros que estaban a su alcance: la tierra, los cultivos, el cielo transparente, los frondosos árboles y los animales que llenaban el precioso valle de color y sonido.
Lago Titicaca
Pero Awqa, el halcón reptìlico protector, se interpuso. Su maléfico espíritu tomó la voz del viento para tentar a los hombres y confundirlos: ─ ¿Por qué conformarse con tan poco? Si Wiñay Marka fuera tan bueno, Apu también viviría aquí. Y por eso los hombres le preguntaron al creador dónde vivía. Y él les contestó que en una de las montañas más grandes del Altiplano, pero que nunca debían subir allí, donde ardía el fuego sagrado.
Awqa
─ ¿No ven? ─volvió a arremeter Awqa─ Si ustedes suben a la montaña pueden quitarle a Apu su poder. Y dominarán el cielo y la tierra, el aire, el viento y a todas las criaturas que habitan el universo. Y les insistió tanto que los hombres lo escucharon. El rumor del viento les decía: ¡Rebélense! ¡Tomen ustedes su poder y suban a la montaña! Wiñay Marka dejó de ser un lugar sin odio ni preocupaciones. Los hombres ya no pudieron vivir felices y en paz.
Awqa
Y así, llenos de rencor, subieron, dispuestos a atacar a Apu que había creado para ellos el universo. Y mientras Awqa se regocijaba, Apu Qullana Awki se llenaba de pena y también de enojo. Tanto, que no tuvo piedad. Y así vieron los hombres que subían, primero las garras afiladas y luego las mandíbulas salvajes hambrientas. Pero ya no pudieron ver después nada más.
Puma gris
Apu, el dios de la montaña, soltó a sus pumas grises, enormes y fuertes; capaces de quitarles el corazón de un zarpazo y pintar con sangre el valle de Wiñay Marka, que antaño había sido un lugar feliz. Casi todos murieron. Los leones parecían no saciarse jamás. Y fue tal la carnicería que el Tata Inti lloró durante cuarenta días con sus noches. Y el llanto se escurrió entre sus rayos y llegó a la tierra, donde sus lágrimas limpiaron los restos de la masacre humana.
Tata Inti
Tan grande fue el llanto, que el valle comenzó a inundarse. Tan copioso fue que los pumas grises quedaron bajo el agua, y fueron ahogados. Y una pareja de humanos que sobrevivió por gracia divina, dijo en lengua aimara: qaqa titinakawa (ahí están los pumas grises). Esta historia se contó y se repitió tantas veces, que el sonido fue cambiando a: titinaka qaqa (Titicaca). Y así es como encontró su nombre el lago.
Puma Gris
El pueblo cuenta también otra versión. Ante la carnicería hecha por los crueles felinos, el dios Inti lloró tan copiosa y abundantemente que su llanto formó el lago Titicaca. Cuando el sol volvió, la pareja que por voluntad divina sobrevivió aferrándose a un tronco que sirvió de barca, vio cómo todos los pumas se habían convertido en piedra. Éste también ha sido un posible origen etimológico del nombre del lago Titicaca.
Dios Inti
Y las calamidades provocadas por la ambición continúan, pues aunque el lugar es el hábitat de la rana gigante del Titicaca (Telmatobius culeus), actualmente está en peligro de extinción. Y además, según estudios ambientales, el lago presenta lodo altamente contaminado con cromo, cobre, hierro, plomo, zinc y arsénico. Además, los peces presentan altas concentraciones de cadmio.
Rana Gigante del Lago Titicaca
El zorro guitarrista
Informante: Valentina Inquiltupa
Localidad: Caquena
Zorro andino
El zorro con la niña hacían fiestas, él tenía una guitarrita y siempre se iba todas las noches, después de hacer bailar a las niñas. Bailaban desesperadamente; se acostumbraron. Un día conversaron y dijeron: - Este joven nunca se queda cuando se hace de día, siempre se va, cómo va a ser, un día le pescamos, hagámoslo amanecer -pensaron así.
Llamas
El día y la hora llegó: - Me voy – dijo el joven. - No, Usted no se puede ir. Pararon en puerta y le sujetaron, le sujetaron hasta el último, pero salió por la ventana corriendo. El zorro nomás se fue. La guitarra, un hueso blanco nomás era, una paleta de llamo, eso nomás quedó. Las niñas quedaron sorprendidas. Al otro día volvió el joven.
La Guitarra del Zorro
- ¿Mi guitarra? Y las niñas dijeron: - No hemos visto guitarra. El joven volvió a preguntar, tiene que estar ahí, decía. - ¡Ah, un hueso blanco de llamo, de paleta! - Sí, ese mismo – dijo el joven. Y le pasaron, ése era guitarra para él, tocaba bonitos “huainos”, ¡lindo tocaba! Las niñas conocieron que era el zorro.
Niñas Aimaras