El pueblo cuenta
   N° 24 Año 2
   Setiembre de 2019

   Texto: Alicia Grela Vázquez
   Imagen: Elsa Sposaro

SUMARIO
La poza embrujada
Estrellitas temblorosas


 LA POZA EMBRUJADA
 Leyenda del poblado de Guañacagua, Valle de Codpa 


Había, cerca del río que parte en dos el camino que va desde Guañacagua hasta Chitita, una vertiente que entregaba, desde lo más profundo de la montaña, transparentes aguas, que con mucha gracia se fueron estancando hasta formar una poza de agua dulce, a la cual acudía toda la gente del sector para calmar su sed. Bajo ese chorro se formó una gruta misteriosa.


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La Poza de Agua Dulce

Y de ella, varias mujeres, habían visto salir a una misteriosa mujer muy joven y hermosa que se refrescaba con los agradables y fríos salpicones de agua que burbujeaban en las adormiladas aguas del pequeño estanque. Junto a la aparición de la bella, los jóvenes del sector iban desapareciendo uno a uno. Todo indicaba que las desapariciones sucedían cuando ellos se acercaban a la refrescante poza. 


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Cementerio de Guañacagua


Un anciano quiso desentrañar el misterio y sacrificó a su joven hijo. Nada le dijo de sus intenciones, y le mandó a buscar agua de la poza de la vertiente. Luego, le siguió y escondido tras unos arbustos vio cómo el muchacho  sacaba agua. Cuando ya daba vuelta para marcharse, escuchó una voz de mujer llamando a su vástago. Una princesa inca hechizada, comenzó a aparecer y él maravillado por su belleza no pudo resistirse a su llamado. 

Princesa Inca


Excitado hasta la locura comenzó a desnudarse y con señas le  comunicaba a la bella que ya iba a su encuentro. Se empinó en los pies y se zambulló en las aguas. Luego de un rato, en la palma de la fresca y hermosa mano de la mujer había un sapo, que con sus grandes ojos afligidos miraba la belleza del rostro hechicero. Después, ella besó al batracio en su hocico y lo lanzó a la orilla.
El anciano, triste, contó a la gente lo ocurrido con su hijo. Pero, a pesar de todo, los jóvenes no resistían la idea de ir a ver a  esa belleza. De ese modo, la hermosa y fresca vertiente, con sus apacibles aguas es habitada por cientos de anfibios, que desde un tiempo ido, y hasta hoy lloran y lamentan el encuentro con la hermosa y dulce mujer, y que de un momento a otro puede aparecerse a cualquiera, tal como ayer, hoy y siempre. 
Fuente: Parlama Chakjta. El Abuelo Relata. Milanés – Fernández. Comuna de Camarones. 1998. Arica - Chile.


Estrellitas temblorosas

 Leyenda andina de amor entre Cusicoiller y Sumajuya
 
Sumajuya y Cusicoiller eran dos jóvenes aimara enamorados. Él le susurraba al oído: Ninguna es como tú, mi dulce Cusicoiller. Y ella respondía: Eres el dueño de mi corazón, Sumajuya. En el altiplano, el cielo de la noche es un esplendor de estrellas. Los amantes acostumbran tenderse bajo su manto para jurarse amor y demostrar su pasión. 
Sumajuya y Cusicoiller, aprovechando la oscuridad, se daban cita secretamente... Mis padres me prohíben verte. Dicen que eres brujo, que sólo me harás daño. Pero yo te amo más que a mi vida, le decía Cusicoiller. - ¿Ves las estrellas? Todas ésas que brillan temblorosas son las almas de novias tristes que murieron de amor, le decía Sumajuya. 
Yo no quiero morir. Cada día es más difícil enfrentar a mi padre. Llévame contigo, respondía Cusicollier. Y se estremeció pensando en su propia vida y unas lágrimas rodaron por sus mejillas. La noche se alargaba haciéndose más oscura, y en los ojos de los enamorados, el reflejo tembloroso de una estrella se agrandaba amenazante.
 No temas, Cusicollier. No dejaré que mueras. Mañana, apenas se oscurezca y las sombras cubran la tierra, huiremos a un lugar lejano. Allá seremos felices, nadie se interpondrá en nuestro amor..., le prometió Sumajuya. La noche siguiente huyeron por el bosque, siguiendo el sendero que conducía hacia las afueras del pueblo. 
La Uta (casa) de la familia de Cusicoiller quedaba en el camino. Su perro preferido la reconoció, y empezó a ladrar. Todos los moradores se despertaron.  ¡Es Cusicoiller. Está huyendo! ¡Cusicoiller, mi hija adorada, regresa a casa! Sumajuya es un brujo!.. ¡Un brujo! La luna se ocultó para proteger a los amantes. 
Pero los familiares de Cusicoiller acudieron rápidamente al camino y detuvieron a los dos fugitivos. A Sumajuya le dieron una paliza, tan dura que le dejaron desmayado y sin fuerzas. A Cusicoiller la amarraron para nunca más dejarla salir. Sumajuya..., repitió la niña y la única respuesta a su llamado fue un silencio profundo. Los amantes nunca más se volvieron a ver. 
Cusicoiller sollozando repetía: Sumajuya... Sumajuya... La niña, cada vez más triste, murió de nostalgia.  Cuando él fue a rondar la casa de su amada, se enteró de la noticia. Vencido por el dolor, corrió a la pampa donde se habían jurado amor eterno, y en medio de su llanto pudo contemplar, en la negra bóveda del cielo, una nueva estrellita temblorosa que acababa de nacer.

 El pueblo cuenta N° 43 Año 3 ABRIL   2021 Texto: Alicia Grela Vázquez Imagen: Elsa Sposaro La Salamanca SUMARIO La Salamanca El duen...