El pueblo cuenta
N° 26 Año 3
Noviembre de 2019
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Lago Titicaca
SUMARIO
El cerro Pusiri y el viejo andrajoso
Los achaahilas aimaras y la veta de plata
LOS ACHACHILAS AIMARAS Y LA VETA DE PLATA
Los Apus: Espíritus Tutelares Quichuas
Leyenda de los cerros sagrados, región de Puno, Perú
Cancharani
Una noche un arriero, transitando el camino que sube al Cancharani, oyó un estruendoso tropel de animales de carga: eran mulas. Entonces un indio salió a su encuentro y lo intimó a que se volviera, porque no podía seguir adelante. El paso estaba obstruido. Y, si insistía en seguir su recorrido, su muerte era segura.
Arriero
El arriero retrocedió un poco, y estando ya a alguna distancia acampó en un lugar cercano al Cancharani. Pero a la noche, en una hora de mucha oscuridad, quiso cerciorarse de lo que había ocurrido, y se dirigió al sitio donde había recibido el aviso. Tras esconderse al costado del camino, vio desfilar una gran cantidad de mulas cargadas con grandes bloques de plata.
Mulas Cargadas
Una de las bestias se empantanó, rendida por el inmenso peso de su carga. El arriero fue en su auxilio. Notó que el animal se encontraba con una canilla rota. Le descargó la plata que llevaba, y después de señalar bien el lugar, volvió asombrado a su alojamiento. Al día siguiente fue a buscar la carga y no la encontró.
Mula Empantanda Saltamontes
La mula había desaparecido y en el sitio donde cayó, sólo había un saltamontes con una pata quebrada, que cojeaba penosamente. El genio del cerro, el Apu con su inmenso poder había transformado a los insectos de este lugar en mulas, para arrancar las riquezas que encerraba en su seno y trasladarlas al fondo del Lago Titicaca. Desde esa noche asombrosa comenzaron a desaparecer las vetas en el sector de Cancharani.
Cerro de la Plata - Pedro Cieza de León
Lago Titicaca
EL CERRO PUSIRI Y EL VIEJO ANDRAJOSO
Leyenda de Socoroma
Socoroma
Había fiesta en el pueblo. En la casa (uta) los zampoñeros (sikuris) estaban comiendo, cuando llegó un viejo vestido con andrajos. Algunos invitados lo corrieron al tiempo que lo insultaban diciéndole: ¡Váyase viejo mocoso! Los músicos lo defendieron asegurando: Todos llegaremos a viejos. Luego lo lavaron con cuidado y lo invitaron a almorzar con ellos.
Socoroma
El viejito, antes de entrar en la casa, se encontró en el corral con una señora que cargaba una guagüita, y la señora dijo: ¡Ay tata señor! ¿Por qué andas así tú tan harapiento, tan perdido, qué te pasa, de dónde vienes? Por su parte, el cabecilla de la fiesta dijo: ¿Qué quieres viejo inmundo? ¡Váyase de aquí ahorita no más. El viejito, una vez que terminó de almorzar dijo: Me iré… Pero, amigos zampoñeros, váyanse de aquí muy lejos, sin mirar atrás porque algo terrible va a pasar. Y también se lo comunicó a la señora que cargaba su guagua.
Zampoñero
Los músicos y la señora salieron del pueblo y, cuando estaban en lo alto del cerro, miraron hacia allí… Y en un momento se convirtieron en piedra. Para llegar a Pusiri Collo, hay que caminar más de dos horas y en el pasado los habitantes de Socoroma subían al cerro a rogar por sus cosechas y hacer ceremonias, por considerarlo sagrado. Antiguamente se podía ver en las grandes piedras a los músicos con sus sikus, y también a la señora y su guagüita.
Socoroma
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