El pueblo cuenta

Año I N° 7
Abril de 2018


Arte Guaraní

SUMARIO


El pueblo guaraní contra los colonizadores

La Argentina


El pueblo guaraní contra los colonizadores

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro


En el siglo XVI se produjeron varios alzamientos guaraníes, pero el levantamiento de 1556 fue el primero de carácter mesiánico del que se haya tenido noticia, pese a que había habido otros alzamientos anteriores a ése en 1539 y en 1543, en los cuales este singular aspecto no estuvo documentado.


Guaraníes


En 1559 se produjo una nueva rebelión en la comarca de Acahay o Acaraiba, según relata Díaz de Guzmán, bajo el lema: Libertad y guerra sangrienta contra los españoles. Posteriormente, en 1561 surge otra en el Guairá, acaudillada por caciques poderosos de la provincia encomendados en Asunción.   



Acahay


Aguirre afirmó que en 1568 era grande la rebelión de la tierra. En el texto de la Provisión del 30 de diciembre de 1569 consta que el conquistador español Felipe de Cáceres ordenó que no se enviasen los indios Yanaconas ni de repartimiento a la yerba, porque estando bautizados hablaban herejías y rebelaban a los demás indios.


Guaraní


Aguirre explica que en el año 1577, los indios de la comarca de Yeruquisaba (cuyo significado es: el lugar del canto y de la danza) y de la de Tanimbú, en la cuenca del Jesui,  aunque estaban encomendados a los vecinos de la ciudad, volvían a sus idolatrías, profanando el santo bautismo que habían recibido.



Tanimbú (Cenizas) – Enrique Espínola



Entonces su enfrentamiento tomaba la forma  guerrilla, atacando al invasor donde mostrara debilidades.  Un año después surgió nueva rebelión, que se dijo era instigada por los payés y hechiceros. Aguirre  también lo refiere: ellos con palabras heréticas, infaman el santo bautismo y fe católica.



Payé



La Revista Superficie (Otra Comunicación en Misiones) citó (en su publicación del 11 de octubre de 2014) a Aguirre al afirmar que los indios de Acahay, Tebicuary y Ybytucurusu se sublevaron nuevamente en 1589, por causa de ciertos cantores que con sus cantos los hacen cometer alguna ceremonias y ritos con que se apartan del servicio de Dios y no vienen a servir a sus encomenderos.



Acahay



En 1591 y 1592 se tuvo que acudir a la pacificación de los indios del Paraná. Las dos principales características de las rebeliones indígenas fueron: no querer trabajar para los españoles y reafirmar sus tradiciones religiosas que estaban amenazadas por la imposición del cristianismo (la evangelización). Ésas se constituyeron en las más significativas, aunque no eran  las únicas.



La pacificación



El levantamiento de Oberá en la región de Guarambaré, hacia 1579, no  se trató de un caso aislado de resistencia contra la colonia que la conquista española estableció en tierra guaraní. Más aun, esta insurrección puede ser considerada como paradigmática para muchos otros de los movimientos locales de liberación.




Cacique Oberá – Rodríguez y Díaz


La historia del cacique Oberá se conoció principalmente a través de los versos del clérigo y conquistador español Martín del Barco Centenera, quien en el canto XX de su poema La Argentina o La Conquista del Río de la Plata, dijo haber participado personalmente en la acción punitiva contra el principal seguidor de Oberá, Guaycará.



Martín del Barco Centenera



Años más tarde, al tratar de historiar la Conquista del Paraguay, el padre Pedro Lozano, hace  en prosa, retomó los datos incluidos en el poema de Centenera. Oberá aparece allí  como indio bautizado,  que en uno de los pueblos de indios encomendados a los españoles habría escuchado las enseñanzas religiosas  del sacerdote Martín González.






El cacique Oberá comprendió la opresión que sufrían los guaraníes. La interpretó adecuadamente y  con elocuencia excepcional  supo comunicarse con los suyos. Fue tenido por esa condición, como un verdadero señor de la palabra. Y también ofreció conducir  a su gente a la liberación de la sujeción impuesta por los españoles.



Río Paraná – Adolfo Methfessel



El método empleado para la lucha por el cacique no fue el enfrentamiento armado, pues los invasores superaban a los locales por el empleo de la artillería, sino la huelga. Para conseguir la adhesión a esa medida, Oberá recurrió a otra de sus cualidades. El cacique  presentaba ciertas características mesiánicas: su origen divino y su misión salvífica de su pueblo.


Bajando Miel – Florián Pauke



Oberá decía que era nacido de una virgen y auténtico hijo de Dios, que había encarnado para la liberación de su gente. También afirmaba tener escondido bajo su poder un cometa (que había aparecido entonces) para que con su fuego quemara a los españoles. Su hijo Guayraró (Guiraró o Güiraró: Pájaro Amargo) era su pontífice, su Papa. Así el cacique establecía analogías con el cristianismo.



Fundación de Asunción - Juan de Salazar



Estos hechos cantados derogatoriamente por Centenera, fueron recogidos por cronistas e historiadores. Lozano refirió que la misión Oberá encomendada a su hijo Guayraró: borrar los nombres que a toda su nación habían impuesto los cristianos, y confiriéndoles con nuevo bautismo, nuevos nombres según sus antiguos ritos.



Rito Guaraní – Fernando Allen


El movimiento de la resistencia se propagó por el río Paraná hacia el sur de Asunción y al norte, hacia la cuenca del  arroyo Ypané, donde estaban los guarambarenses. Los guaraníes de Oberá sólo cantaban, bailaban y oraban a sus dioses originarios en forma  ininterrumpida durante días. Pero no trabajaban.



Arroyo Ypané


La danza ritual no fue la única forma de oponerse al dominio cultural y  religioso español. Los guaraníes, según Lozano,  llegaron a hacer  el sacrificio de una ternera para reaccionar contra la colonia. La quemaron en obsequio a Oberá, hasta reducirla a cenizas, que esparcieron al viento. Esta supersticiosa ceremonia era metáfora de que cómo habrían de acabar con todos los cristianos.





El movimiento fue finalmente dominado por las huestes de Juan de Garay, con la colaboración de algunos caciques partidarios de los españoles. Sin embargo, incluso varios mestizos (uno de ellos hijo de un portugués) habían apoyado el bando del cacique  Oberá. Los insurrectos durante un tiempo, por referencias de  Métraux, intentaron mantener sus reivindicaciones mesiánicas.


Juan de Garay



Lozano al relatar la rebelión, la da por terminada con la huida de Oberá, que desaparece sin dejar rastro alguno y su seguidores indios se fueron poco a poco rindiendo, desampararon del todo a Oberá y se fueron reduciendo a servir a sus encomenderos, sin haber apenas quien rehusase admitir el yugo de la sujeción.  



Guaraníes versus Bandeirantes



 Las Artes Plásticas y la Literatura y la Historia desde una perspectiva crítica han recuperado la figura del cacique Oberá. Después de haber perdido la lucha contra Castilla, se impuso el dominio español en la economía, la religión y el idioma. Leopoldo Marechal escribió: Oberá, tú estás muerto, susurraban las hojas como labios movibles, con extraña insistencia. 


Leopoldo Marechal







Danza guaraní



Canciones de resistencia guaraní




La Argentina Canto XX
Martín del Barco Centenera





Oberá, como digo, se llamaba,
que suena resplandor en castellano:
en el Paraná grande éste habitaba,
el bautismo tenía de cristiano:
más la fe prometida no guardaba,
que con bestial designio a Dios, tirano,
su hijo dice ser, y concebido
de virgen, y que virgen lo ha parido.

La mano está temblando de escribirlo,
más cuento con verdad lo que decía,
con loca presunción aquel diablillo,
que más que diablo en todo parecía.
Los indios comenzaron a seguirlo
por todas las comarcas do venía,
atrajo mucha gente así de guerra,
con que daños hacía por la tierra.

Dejando, pues, su tierra y propio asiento,
la tierra adentro vino predicando:
no queda de indio algún repartimiento,

que no siga su voz y crudo mando,
con este impío pregón y mal descuento
la tierra se va toda levantando,
no acude ya al servicio que solía,
que libertad a todos prometía.


Mandóles que bailasen y cantasen,
de suerte que otra cosa no hacían,
y como los pobretes ya dejasen
de sembrar y coger como solían,
y sólo en los cantares se ocupasen,
en los bailes de hambre se morían,
cantándoles loores y alabanzas
del Oberá maldito y sus pujanzas.


Un hijo que éste tiene, se llamaba
por nombre Guiraró, que es palo amargo,
del nombre Papa aqueste se jactaba.
Con éste el padre, dice, “yo descargo
la gran obligación que a mí tocaba,
con darle de pontífice el encargo”.

Éste es el que viene bautizando
y a los nombres a todos transmutando.


No quiero más decir de sus errores
de que andaba la tierra alborotada
en todo el Paraná, y sus rededores;
y así se fue tras él de mano armada.
Más como éste tenía corredores
y gente puesta siempre en gran celada,
viendo la pujanza conocida,
del enemigo, pónese en huida.

Ésta fue la causa que estuviese
la tierra levantada, como estaba,
y que ha servir al pueblo no viniese.





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